miércoles, 12 de noviembre de 2008

Still Walking, de Hirokazu Koreeda

"Lo más elogioso que puede decirse de Still walking, la mejor de las películas presentadas ayer a concurso [en el último Festival de Donostia]-- y una de las grandes obras de este certamen--, es que a Yasujiro Ozu, el gran autor japonés de dramas familiares, le habría encantado, porque posee la quietud y la humanidad de obras como Cuentos de Tokio (1953) y, sobre todo, porque nos sitúa en el seno de una familia reunida para rememorar al primogénito, muerto de forma trágica. Aunque en ella las relaciones humanas navegan por aguas turbias, contemplarla resulta tan cálido y afable como hojear un álbum familiar, por la confianza del director japonés Hirokazu Koreeda en que la historia entera de una familia puede resumirse en los libros, los pósters, la ropa y los objetos que nunca tiran, y su convicción de que los pequeños momentos en compañía de seres defectuosos y aun así queridos pueden ser muy gratificantes, así que más vale aprovecharlos mientras podamos."

Nando Salvá, en su crónica para El Periódico.

Still Walking, de Hirokazu Koreeda. 22:30 Teatro Principal.

Y no, no pienso ir a ver Breath ni por todo el oro del mundo. Me interesa tan poco que ni siquiera estoy dispuesto a argumentar por qué Kim Ki-duk me parece el más frívolo, superfluo y prescindible de los directores que han despuntado en Corea del Sur en la última década.
Vita nostra brevis est, a quien buen árbol se arrima, etc.

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